La institucionalización de la educación para personas mayores es una tendencia global
Con la presencia del presidente de la Asociación Internacional de Universidades de la Tercera Edad (Toulouse) François Vellas, se realizó un workshop que dio cuenta del rol social que cumple la educación sin límites de edad.
10-03-2025

El envejecimiento poblacional es un fenómeno mundial que reclama la atención de los gobiernos, las organizaciones sociales y las instituciones educativas. En el evento, realizado en la Sede Rectorado Centro, el catedrático francés François Vellas que dirige la Universidad de la Tercera Edad de Toulouse dijo que el derecho a la educación implica que las puertas de las universidades están abiertas para todos. “Hoy en día hay millones de adultos mayores en todo el mundo que están haciendo valer este derecho, pero hay muchos otros que siguen afuera del sistema”, ponderó.
Titulado “Tendencias y desafíos de la educación de personas mayores: una perspectiva internacional”, el workshop tuvo como objetivo principal demostrar la importancia que tiene propiciar la apertura de programas educativos dirigidos a personas mayores en aspectos como la salud, la comunicación, la sociabilización e, incluso, la economía. La actividad fue organizada por la Especialización en Intervención y Gestión Gerontológica, el Centro de Estudios y Abordaje Comunitario del Envejecimiento y la Vejez (CEACEV) y la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.
Vellas explicó que en todo el mundo hay más de 10 millones de personas mayores que acceden a las universidades públicas y privadas para continuar sus estudios en carreras tradicionales y en cursos específicos. En este sentido, el especialista europeo indicó que resulta sumamente importante que estas actividades se desarrollen con rigor académico. “Sin esta condición, estaríamos hablando de clubes y no de universidades, en donde la gente se reúne solamente a hablar y pasar el rato. Es importante que haya pedagogía e investigación y que se estimule al estudiante al aprendizaje continuo y aplicable”, sostuvo.
La Asociación Internacional de Universidades de la Tercera Edad (AIUTA), entidad que preside el experto francés y agrupa a instituciones de 85 países, fue definida por Vellas como “la primera asociación internacional para el aprendizaje a lo largo de toda la vida”. Una de sus acciones más destacadas es articular a través de diversas actividades conocimientos e investigaciones entre las universidades miembros con un único fin: desarrollar el intercambio de conocimientos que las personas mayores adquieren en sus instituciones para beneficiar a la sociedad en su conjunto.
Finalmente, el académico compartió los desafíos que tienen estas universidades para albergar a personas que, en muchos casos, superan los 80 años. “Tenemos, también, que realizar capacitaciones o cursos de formación para formadores porque los docentes que dictan clases para personas mayores tienen que tener conocimiento sobre pedagogía, salud y seguridad social. Las instituciones tienen que tener, además, infraestructura adecuada para personas que tienen movilidad reducida y condiciones físicas propias de una cierta edad”, precisó.
Por su parte, el secretario de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil Gabriel Asprella fue más allá y remarcó una cuestión que le preocupa: “Yo lo que veo es que en gran parte de las instituciones que tienen programas de educación para personas mayores quienes diseñan y piensan estos programas no son personas mayores. Entonces, es necesario, para mí, buscar alguna forma de tener en consideración la versión de la otra fuente, escuchar cuáles son las necesidades y objetivos que los estudiantes mayores tienen y, a partir de ahí, diseñar una estrategia educativa”, argumentó.
Presente en el evento, el Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y Especialista en Psicogerontología José Yuni elogió la tradición universitaria argentina por la incorporación de iniciativas educativas para personas mayores pero lamentó que no exista articulación entre las instituciones. Esto hace que muchas veces los programas de enseñanza se mantengan aislados unos de otros. “Los programas de educación para la tercera edad tienen que establecerse más allá de los gobiernos de turno. Deben ser algo permanente. Está comprobado que en las personas mayores esta instancia repercute positivamente en su salud y que la inversión financiera en estos programas es beneficiosa, incluso, desde el punto de vista económico. Como decimos siempre, es más barato estudiar que comprar remedios”, destacó Yuni.
Por último, la directora de la Especialización en Intervención y Gestión Gerontológica y del CEACEV Mónica Navarro se entusiasmó con la idea de vincular las acciones que llevan a cabo las universidades públicas en pos de brindar programas de formación para personas mayores. La académica de la UNTREF remarcó que el trabajo conjunto hace posible la permanencia y estabilidad de estas iniciativas y, a su vez, asegura la calidad de la educación.