La pandemia es una oportunidad para crear un nuevo orden social y económico

En una teleconferencia organizada por la Universidad y el Foro Ecuménico Social, el economista y asesor del Vaticano Stefano Zamagni dijo que las sociedades deben impulsar una economía antimonopólica y basada en bienes comunes.

12-05-2020

El prestigioso economista italiano Stefano Zamagni, asesor de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano y catedrático de la Universidad de Bolonia, reflexionó en torno a los desafíos económicos, políticos y sociales que enfrenta el mundo a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus. Zamagni aseguró que para hacer frente a la crisis desatada por la pandemia es necesario implementar la “resiliencia transformativa”, es decir, “la capacidad de un sistema de hacer frente a la vulnerabilidad” para ir en esta dirección de transformaciones y desarrollar una estrategia que modifique por completo el sistema financiero, la producción de bienes comunes y reformule el sistema educativo.

Junto al economista, participaron del debate Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación; Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación; y Aníbal Jozami, rector de la UNTREF, con la moderación de Fernando Flores Maio, represente del Foro Ecuménico Social. Durante la teleconferencia –que fue seguida en streaming por más de 6000 personas– los especialistas coincidieron en que la pandemia profundizará las dificultades económicas y la desigualdad social, al mismo tiempo que será una oportunidad para reconfigurar la sociedad.

Aníbal Jozami destacó la importancia de reflexionar en este momento sobre la duda que planteaba el título de la conferencia ¿La Economía al servicio de los pueblos o los mercados? y expresó: “Todo parece indicar que van a ser una vez más los sectores más postergados los que vean su situación aún más deteriorada por los efectos económicos de esta pandemia”. En su análisis, “dentro de este modelo capitalista en el que vivimos, tenemos que promulgar la necesidad de que exista un cierto equilibrio y que aquellos que vivan de un salario puedan cubrir sus necesidades básicas”.  

El asesor del Vaticano situó tres lecciones principales que nos trae esta crisis sanitaria. Aseguró que “esta pandemia nos deja algunas lecciones y una de las principales es que todos nosotros, los científicos, empresarios, políticos y ciudadanos tenemos la necesidad de darnos un baño de humildad”. La segunda es que “hemos pecado en el pasado reciente de prudencia” porque ser prudente significa la capacidad de anticipar eventos”. En este sentido manifestó que “esta crisis no es un cisne negro, es algo que podíamos prever y anticipar”.

Zamagni estableció como tercera lección el hecho de que la salud es un bien común global y que por tanto tiene que ser de tipo comunitario. “Desde este punto de vista la salud es como el medio ambiente, es un bien común, no es privado ni público”, explicó el economista. “La destrucción de la biodiversidad y la desforestación son fenómenos que tienen un efecto de liberar los virus que la fauna salvaje va a transmitir a los hombres. Esta es la razón por la cual tenemos que modificar nuestro enfoque sobre el tratamiento de los bienes comunes”, agregó.

“Tenemos que transformar el modelo de desarrollo económico social”, afirmó. Lo que implica “pasar del modelo de producción lineal a circular” y “combatir la monopolización del poder económico” que “se transmuta en el poder político porque estas empresas empiezan a condicionar a los gobiernos”, manifestó Zamagni. 

Además, tomó el concepto de las vacunas para ejemplificar sobre los bienes comunes. Dado que la efectividad de una campaña de vacunación se basa en su universalidad “los gobiernos deben poner a disposición la vacuna de forma gratuita. Para que esto suceda no deben estar sujetas a ninguna patente. No se puede patentar algo que es indispensable a la vida humana”, afirmó. 

La tercera modificación se relaciona con el sistema de escuela y universidad. Para Zamagni, el sistema escolar y el universitario tienen que unir el conocimiento y la acción. “No se puede separar el momento del conocimiento del de su aplicación”, expresó. “Hay que hablar de una convergencia entre la escuela, el estudio y el trabajo. La escuela y la universidad no pueden ser solo lugares de instrucción sino de educación”, agregó el catedrático, y anticipó la convocatoria del Papa Francisco a ministros de varios países y a diversas organizaciones para firmar lo que será “el pacto global sobre la educación”. 

Finalmente mencionó la necesidad de la reforma del sistema financiero global. “El sistema financiero tiene que estar al servicio de la producción de bienes y servicios, y no ser autorreferencial como lo es hoy en día”, agregó. 

En referencia a la deuda pública argentina, el asesor del Papa Francisco aseguró que “los acreedores no están disponibles a aceptar la propuesta presentada por el gobierno nacional” y que “la paradoja es que prefieren default a una curación económica de la Argentina”. A su vez hizo un llamamiento a que se acepte el plan de reestructuración de la deuda presentado por el gobierno nacional y consideró los índices actuales de pobreza en Argentina como “una forma de matar personas”.   

Con un punto de vista esperanzador, Stefano Zamagni expresó que “el elemento más importante es la esperanza, que se alimenta con la creatividad de la inteligencia política y con la pureza de la pasión civil”. En ese aspecto destacó el debate organizado por la UNTREF y el Foro Ecuménico Social porque “si bien no tiene implicaciones inmediatas sirve para explicar y difundir aquella virtud fundamental de la esperanza”. 

El ministro de Educación Nicolás Trotta dijo que “todos somos conscientes de que el mundo va a ser más desigual después de esta pandemia, pero lo que nos va a definir como sociedad es qué hacemos en el mientras tanto para contener la profundización de la desigualdad, y si esto va a ser una oportunidad para reconfigurar la sociedad”.

En línea con las reflexiones de Zamagni, Trotta aseguró que “es un momento impostergable para debatir el rol de los organismos multilaterales. Si van a ser instrumentos para el esquema de un neocolonialismo de los países periféricos o si van a ser herramientas para estabilizar el desarrollo de los países y lograr apalancar a aquellos que necesitan mayor colaboración para lograr su desarrollo”. 

“El rol de la educación, de nuestro sistema científico tecnológico y de nuestras universidades es fundamental para profundizar los debates de por qué llegamos a este presente”, expresó Trotta. 

Para el secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, Gustavo Béliz, el desafío es lograr sociedades que sean fraternas incluyendo el concepto de la solidaridad. “La pandemia nos invita a pensar horizontes distintos”, y a “no repetir viejas recetas”. 

Mesa de debate

La jornada se completó con un debate del que participaron Alessandra Smerilli, secretaria de Estado de Economía del Vaticano, junto a los empresarios Luis Bameule y Gustavo Grobocopatel, docentes y rectores de universidades argentinas y de Europa, entre ellos Hugo Juri (rector Universidad Nacional de Córdoba), Juan Almagro (Universidad Pontificia Comillas), Alicia Blanco (Universidad Rey Juan Carlos), Alejandro Estévez (INAP, Universidad Di Tella), Jorge Etkin (UBA), Marcelo Jaluf (Universidad Católica de Córdoba), Raquel Kismer de Olmos (Banco BICE, UNTREF), y la periodista  Silvia Naishtat (Clarín), como moderadora. 

Smerilli, primera mujer que ocupa ese cargo en el Vaticano, llamó la atención sobre la situación que atraviesan las mujeres de todo el mundo frente a esta pandemia y dijo que hay que pensar en ellas, ya que muchas están perdiendo sus trabajos y en varias sociedades sufren violencia intra y extrafamiliar.

Por su parte, Olmos indicó que la libertad absoluta en la economía nos llevó a un nivel de acumulación de riquezas desmesurado: la riqueza de las 26 personas más ricas del mundo equivale a la mitad más pobre de la humanidad. Además, indicó que para lograr equidad es necesario implementar políticas fiscales acordes y si los ricos no pagan impuestos es imposible generar igualdad de oportunidades.

Grobocopatel consideró que para existir un capitalismo de calidad se requiere la presencia de un Estado también de calidad, que construya bienes públicos, mientras Jaluf remarcó la importancia de la economía social como un elemento más de la economía de mercado. Según su opinión, para incorporarla es fundamental dar impulso a cambios culturales que abracen a la sociedad con valores éticos y solidarios. 

Bameule, a su vez, destacó que "junto con el manejo sanitario de esta pandemia tenemos que pensar en cómo manejaremos la vieja pandemia económica. Hoy Argentina tiene más de 160 impuestos vigentes, y lamentablemente no muestra un uso de esos fondos acorde con tanta recaudación. Tenemos una presión impositiva de países nórdicos con servicios de países subdesarrollados". 
  
Por otro lado, Etkin opinó que la cuarentena es una cuestión humanitaria que lleva a replantear las organizaciones como lugares de trabajo y comunicación, y Blanco agregó que el aspecto ético de las empresas muchas veces se deja de lado ya que éstas “hacen lo que tienen que hacer pero muchas veces no lo que deben hacer”, en relación a la desprotección de sus empleados. En este aspecto, Estévez remarcó la necesidad de políticas inclusivas para incorporar a los trabajadores a “este nuevo mundo que se reconfigura”, y también habló del teletrabajo como “una modalidad que llegó para quedarse y como una forma de resignificar el empleo”. 

Finalmente Juri y Almagro coincidieron en que a partir de esta pandemia se debe impulsar el sistema de salud y promover una transformación desde las Universidades. Para Juri “hay que acompañar a nuevas generaciones de docentes desprovistos de conservadurismo”, y para Almagro, “la única salida es invertir más en educación”.

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