#NiUnaMenos: “Estamos creando un mundo nuevo”

Tras un nuevo 3 de junio, compartimos las palabras de Cecilia Palmeiro, una de las fundadoras del colectivo Ni Una Menos, en Estación UNTREF.

05-06-2018

Según Cecilia Palmeiro, docente de las maestrías en Estudios Literarios Latinoamericanos y en Estudios y Políticas de Género y una de las fundadoras del colectivo Ni Una Menos, el feminismo se ha vuelto una cuestión popular, y esto se puede ver en las repercusiones de sus reclamos, manifestaciones y marchas, que desde hace tiempo no paran de crecer: “Se ha transformado en una red mucho más poderosa y en una revolución que viene desde abajo y desde el sur”, afirmó.

Para entender en profundidad lo que viene pasando con este movimiento desde la primera manifestación del Ni Una Menos, compartimos su última entrevista en Estación UNTREF:

Un movimiento que se volvió global

- Desde el 2015 hay una ola impresionante, millones de mujeres saliendo a las calles, revelándonos contra el patriarcado, adquiriendo consciencia de nuestra situación, de este sistema de producción de bienes materiales y subjetividades como un proletariado mundial, ejercitando nuestros cuerpos en el mundo en el que queremos vivir y tratando de no solo hacer una crítica de lo que está pasando sino también proponer una cosa nueva. Empezamos a ver la política desde otro lugar y las prácticas por fuera del mundo machista donde vivimos, tenemos que pensar un mundo alternativo.

En esta forma nuestra nueva de hacer política, de relacionarnos entre nosotras, de ir para las calles, de ocupar los espacios, estamos desarrollando una fuerza colectiva y también creando un mundo nuevo. Entonces hay que pensar en eso, porque a veces no tenemos tiempo de reflexionar en la cantidad de acciones que tenemos que llevar adelante, en las respuestas inmediatas a las miles de formas de violencia a las que estamos siendo sometidas.

Se ha instalado la discusión, hemos irrumpido en el discurso institucional, en el discurso de los medios, en el discurso de la agenda política. Es un proceso largo, creo que sí estamos en un proceso revolucionario, pero no tenemos resultados inmediatos en términos de que el patriarcado haya caído. Creo que hemos empezado a dinamitar las bases del patriarcado, lo que pasa es que hay una lucha que está haciendo temblar al poder, entonces el poder está ejerciendo su violencia al máximo.

Estamos viendo que aumenta la crueldad de los homicidios y la represión estatal y vemos que hay una relación muy clara entre la violencia institucional del Estado y la violencia machista en el ámbito privado. La violencia institucional sirve para disciplinarnos y para que seamos sumisas en nuestras casas y cuando no lo somos, tenemos la policía del machismo que nos trata de coartar la libertad, disciplinarnos y matarnos si es necesario para mostrar el ejemplo. Son crímenes didácticos, una violencia expresiva. Hay un aumento en la crueldad de los crímenes y un aumento muy preocupante en la represión.

La lucha no descansa: los contraataques del sistema

- El patriarcado reacciona contra nuestras demandas tratando de imponer sus normas y sus leyes de exclusión contra nosotras. Es interesante lo que pasa en los sindicatos. Las cúpulas sindicales son machistas tradicionalmente, pero las bases están revelándose, las mujeres están copando los sindicatos de abajo hacia arriba y así han forzado a algunos sindicatos a tener en cuenta problemas de género, a las centrales obreras a ir a paro.

Es un proceso dinámico. Estamos en una lucha y hay una contraofensiva. Pero nosotras no vamos a volver atrás, no podemos volver atrás. Juntamos fuerzas una de las otras, inspiración, voluntad de lucha y voluntad política. Al movimiento global que es la marea no hay como pararlo, es una revolución sensible que nos pasa en nuestros cuerpos, en nuestras camas, en nuestros trabajos. Ni una menos afecta todos los aspectos y ámbitos de nuestras vidas. Entonces es una revolución que empieza sobre el cuerpo nuestro y por la construcción de este cuerpo colectivo que es también un territorio, por eso en América Latina hablamos de cuerpo-territorio

A pesar de la reacción del patriarcado contra nosotras, ladran Sancho, señal de que cabalgamos, vamos a seguir y estamos avanzando, porque lo que estamos transformando es invisible a los medios. Lo que estamos transformando son nuestras vidas. Una vuelve de una marcha y no quiere lavar los platos. Vas cambiando cosas de la vida cotidiana a escala micro que se vuelven transformaciones sociales de largo aliento. La sociedad no cambia porque cambie el gobierno ni cambie alguna ley, cambia justamente por las costumbres y la cultura. El cambio está pasando y es innegable, y la violencia que estamos recibiendo es una reacción contra eso.

Vemos represión contra mujeres que protestan y esto todavía nos sigue dando fuerzas para luchar, no tenemos miedo porque estamos todas juntas, porque nos tenemos a nosotras y esto es una cosa que también nos pasa por primera vez. Realmente la violencia está muy recrudecida, podría decir, a nivel mundial, porque esta restauración conservadora no afecta solamente a nuestro país, es un problema global.

Hemos llegado a un movimiento global fuertísimo que interviene directamente en la economía. Logramos visibilizar que nuestra explotación es el trabajo devaluado del mercado, trabajo invisibilizado en la casa, que sostiene la economía capitalista y las mujeres estamos ya negándonos a seguir sosteniendo esta situación.

Una que marea llega hasta los hombres

- Es una oportunidad óptima para cambiarlo todo. Nosotras nos empezamos a transformar pero también necesitamos que toda la sociedad lo haga. Si queremos cambiar el mundo no solo somos nosotras. Con nosotras va a empezar, pero queremos solidaridad de nuestros compañeros. Necesitamos y buscamos a los compañeros, queremos sentirnos acompañadas en esta transformación colectiva.

Pedimos a nuestros compañeros solidaridad, que nos cubran en nuestro trabajo y en nuestras casas para que nosotras podamos ir a las marchas. Cuando una sale a marchar está dejando de hacer cosas y está bueno que empecemos a repartirnos el trabajo mucho más justamente, esta sería la idea, que los hombres adquieran conciencia de todo lo que se llevan de arriba por el trabajo de las mujeres y que lo empiecen a hacer y se hagan cargo. Todas y todos tenemos que entrar a la marea, a los hombres les digo: únanse a la marea, súmense a este movimiento.