Cálido homenaje al profesor José ‘Pepe’ Paradiso, a un año de su muerte

Se refirieron a su obra Aníbal Jozami, Carlos Salvadores de Arzuaga, Lorenza Sebesta, Florencia López Canellas y Juan Carlos Herrera. El Papa Francisco envió una carta y se presentó un libro póstumo publicado por EDUNTREF.

13-12-2024

José “Pepe” Paradiso fue una figura clave en el desarrollo del programa de Estudios Internacionales de UNTREF, pero su influencia académica se extendió en todo el país. Sus desarrollos conceptuales en el campo de la sociología, las relaciones internacionales e integración regional, así como su pasión por la enseñanza marcaron a generaciones de estudiantes y académicos a lo largo de más de cinco décadas.

Sociólogo por la UBA, investigador en política exterior, estudios latinoamericanos, sociología de la integración regional y del desarrollo, su rol fue clave en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, donde encabezó las Maestrías en Integración Latinoamericana y Sociología Política Internacional. Antes, estuvo involucrado en la creación de la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador, donde ejerció como director, y fue profesor de otras instituciones, como UBA, FLACSO y la Universidad de Bolonia.

Publicó ensayos y trabajos entre los que se destacan libros indispensables como La era de las superpotencias (Foro Sur, 1983) y Debates y trayectorias en la política exterior argentina (Grupo Editor Latinoamericano, 1993), entre muchos otros.

En ocasión de la presentación de su libro póstumo, El ideal unificador en América Latina. Dos siglos de integración y fragmentación, publicado recientemente por EDUNTREF, la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Universidad del Salvador organizaron un encuentro para resaltar su legado, poco antes de cumplirse un año de su muerte.

Sobre su postura inclaudicable en contra de los conflictos armados, sus convicciones acerca del diálogo como forma política de acercamiento en las relaciones entre países, su búsqueda del rastro de la ideas de unidad en Latinoamérica, y los modos en que se establecen los vínculos entre la región y el centro, hablaron sus colegas Lorenza Sebesta (Centro Jean Monnet, Florencia López Canellas (USAL/UNTREF) y Juan Carlos Herrera (USAL/UNTREF); el rector de la USAL, Carlos Salvadores de Arzuaga y el rector emérito de UNTREF y amigo personal de Paradiso, Aníbal Jozami.

“Su empeño docente —destacó Sebesta— era formar jóvenes que pudieran participar de esta gran democracia latinoamericana, entendida como un continuo diálogo a través del desarrollo de unos instrumentos de análisis para comprender la realidad, y otros para modificarla gracias a un diálogo que permitiera acercar posiciones, por eso hablaba de utopías realistas”. Pensaba, agregó que “no podemos modificar la naturaleza del hombre, pero sí su conducta a través del cambio de sus opiniones”.

“Este libro es el legado que nos deja Pepe. Una mirada detallada de la larga historia del continente; de una riqueza intelectual, coherencia lógica y rigor conceptual que lo convierten en una obra maestra”, comentó Herrera.

En esa misma línea, Florencia López Canellas dijo: “este libro busca en la trayectoria latinoamericana la recurrencia de un ideal unificador que se concreta, a veces, en esquemas de integración. Rastrea el hilo de ese ideal aún en momentos en que la historia parece indicar que se desdibuja, se pierde”. López Canellas rescató, además, la escritura. “Es una prosa bella. Hay una poética en el texto que es difícil de encontrar en ciencias sociales”.

Carlos Salvadores de Arzuaga, rector actual de la USAL, resaltó su rol docente: “el mejor homenaje que le podemos hacer es ver a sus alumnos convertidos en discípulos, dispuestos a mantener intacto su compromiso con el conocimiento. El profesor Paradiso vivió a fondo el lema de nuestra universidad: ciencia a la mente y virtud al corazón”.

Pero además del reconocimiento y el respeto por su aporte a las ciencias sociales y a su rol como profesor, Pepe fue una persona muy querida. Fue visible en la emoción de ex alumnos, colegas y amigos que acudieron al encuentro para recordarlo.

Sobre la importancia que Paradiso le daba a la amistad, habló Aníbal Jozami, su amigo durante más de 50 años: “Pepe no era un intelectual, era un tipo común al que le interesaba la sociología, le interesaba estudiar, comprender y analizar la realidad, conversar y escuchar. Podía pasar de los razonamientos conceptuales al fútbol, el tango o el cine. Una persona bondadosa, generosa, con un amor muy profundo por nuestra patria y por Latinoamérica”.

Y, a propósito de la amistad, Jozami leyó una carta de otro amigo del profesor que vive en Roma “y desde hace un tiempo se llama Francisco”: “Sin dudas, el Prof. Paradiso tuvo claro que para lograr el desarrollo una verdadera amistad social es necesario cultivar la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común. En nuestros encuentros de los lunes, café de por medio, nunca nos cansamos de pensar y soñar juntos caminos concretos hacia la fraternidad universal y la paz social por medio de la buena política, de la cual sin dudas Pepe fue un precursor. Por eso, como le dije a él en uno de los últimos mensajes que le envié, siempre le estaré agradecido por todo lo que me enseñó”, escribió el Papa en uno de sus párrafos.

Los rostros emocionados, la ovación y los abrazos, sin duda, mostraron la grandeza intelectual y personal del profesor Paradiso. Pepe, como lo nombraban todos.

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