El (nuevo) rol, los desafíos y las necesidades de la cultura pospandemia

En el 4° Encuentro hacia BIENALSUR 2021, autoridades de organismos internacionales, funcionarios de gobierno, académicos e intelectuales debatieron sobre la situación actual, y los días por venir, del sector cultural y sus protagonistas.

30-06-2020

“Quienes tenemos la oportunidad de asistir desde sitios protegidos al complejo escenario de profundas desigualdades de todo tipo que hizo visible la pandemia, tenemos la responsabilidad de poder pensar no sólo cómo llegamos hasta aquí sino, y sobre todo, cómo trazaremos los futuros posibles. Cuando comenzamos con estos encuentros virtuales hablamos, entre otras cuestiones, de desigualdades y fragilidades que se registran en el sistema cultural global. Avanzamos luego en las maneras en que esta condición de confinamiento contribuye a reconfigurar los propios modos en que vemos ese mundo y también nos enfocamos en cómo se han ido construyendo los relatos sobre esta especie de presente continuo”, señaló en la apertura del Encuentro la directora artística de BIENALSUR, Diana Wechsler.

“Invitamos a participar a referentes que tienen la posibilidad de no sólo pensar la situación de la cultura hoy, en casa, sino de instrumentar estrategias con proyección para que la cultura no quede en casa ni en los dispositivos electrónicos y pueda capitalizar para la continuidad. La cultura ha salido a asistir a la salud mental de muchos, pero en buena medida esto ha ocurrido gratuitamente, entonces nos preguntamos, por ejemplo, cómo acompañar esta situación para que no se instale como dinámica”, sostuvo Wechsler. 

“La pandemia constituye un desafío para lo que viene a nivel comunitario, social y para la economía del mundo. En el sector de la cultura es la primera vez en la historia en que la cadena de valor completa ha sido tocada y eso ha debilitado el estado social y económico de los artistas y los trabajadores. Hay que pensar políticas públicas, respuestas y soluciones. Tenemos que revisar políticas en torno al uso y al acceso de las tecnologías, porque al mismo tiempo que abren ciertos campos de acceso requieren que cuidemos la distribución justa, porque la verdad es que hoy las plataformas no están pagando a los artistas lo que deberían pagar”, manifestó desde París el subdirector general de Cultura de la UNESCO, Ernesto Ottone, para quien “la crisis actual para la cultura no va a durar meses sino años”.

“Esta crisis conlleva otras, como la crisis social y económica que vamos a vivir todavía por un tiempo importante, lo que también interactúa con nuestras debilidades estructurales. El Fondo Monetario Internacional ha dicho que esta es la crisis más dura de la que se tiene registro. América Latina será la segunda región más golpeada del mundo, después de Europa. La baja que esperamos para el producto interno bruto de la región será mayor al 9%, algo que no hemos visto nunca. Aquí la pregunta es cómo vamos a proteger a las poblaciones más vulnerables, y cómo vamos a proteger las industrias creativas y el sector cultural”, dijo la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, quien mencionó la necesidad de apoyar al sector, “no solamente con créditos, sino trabajando de manera unida y en cooperación, para acompañarlo en el proceso de su transformación para la digitalización, por ejemplo. El sector cultural va a requerir de un gran apoyo de la política pública y también de la sociedad, tenemos el deber de hacer visible su importancia y su contribución para que su agenda esté en el centro de las preocupaciones y que las autoridades económicas no lo olviden”.

Desde Colombia, la ministra de Cultura de ese país, Carmen Inés Vásquez Camacho, ofreció una mirada optimista hacia el futuro: “A pesar de todas las dificultades creo que lo que viene para la cultura después de esta crisis es bueno porque en este tiempo las sociedades han confirmado lo que significa la cultura para la vida de las personas”, dijo la funcionaria para quien “en la pos pandemia no habrá reactivación económica de ningún país sin la cultura”.

“Comparto la preocupación respecto al estado de la cultura en general, producto de esta pandemia. Dividiría nuestra reacción al respecto en dos: por un lado la necesidad imperiosa de pensar la cultura como herramienta para el pensamiento, valga la redundancia, sobre nuestro futuro, un futuro que por supuesto es incierto pero que en la medida que lo pensemos nos permite ser protagonistas. Por otro, los desafíos de la gestión cultural son desafíos desde la acción. El estado de situación del sector cultural, no sólo en nuestro país sino en el mundo entero y sobre todo en nuestra región, tiene una característica común que es el alto grado de informalidad”, declaró el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, quien también señaló que “en la ciudad de Buenos Aires, espacios, trabajadores y artistas independientes dependen de cada día poder pararse en un escenario, realizar cursos, ofrecer talleres y son claves para la diversidad cultural y fundamentales para el acceso a la cultura, una cultura diversa pero también muy precaria. Es muy importante por lo mismo la presencia del Estado acompañando al sector. En la Argentina se ha instalado que la cultura es el primer sector que cerró y será el último en abrir, y eso es peligroso, es un error. Podemos ejercer nuestra actividad cultural de manera responsable. La cultura es un bien esencial. Y tiene que ser una herramienta central de la conversación de la reconstrucción social, porque este virus nos ha afectado muchísimo en términos económicos y vamos a ver deteriorados nuestros indicadores en materia de pobreza y desigualdad, por lo que la cultura será central para la reconstrucción. Como lo fue con la vuelta de la democracia, en 1983, y también tras la crisis de 2001. La cultura en su carácter contracíclico ha mantenido a la gente en contacto, unida y en movimiento, pensando en lo que vendrá y siendo protagonistas”.

Desde la región cuyana, donde la situación sanitaria y los términos de la cuarentena han sido muy distintos a los de grandes ciudades como Buenos Aires, la ministra de Cultura de San Juan, Virginia Agote, se sumó a las voces que hablaron de la enorme generosidad de los actores culturales y la importancia de su creatividad para acompañarnos en la crisis, al mismo tiempo que reconoció la fragilidad del sector y habló de la necesidad de cambios: “Coincido con Enrique en que no necesariamente la cultura debe ser lo último que funcione, pero sí creo que se van a modificar las formas, y eso es necesario. Venimos de una época en la que la masividad representaba el éxito, no solamente desde lo económico, y creo que esto nos obliga a pensar en una escala más humana y un vínculo mucho más personal, desde la presencia, desde la escucha”.

Por su parte, la historiadora del arte Nada Shabout mencionó que considera a este tiempo como “un momento en el que tenemos que desacelerar, enfocarnos en otros aspectos; por ejemplo la digitalización de los contenidos, para que virtualmente estén más disponibles. Es una oportunidad para lograr mayor colaboración académica, compartir con otras partes del mundo que no tienen las mismas posibilidades. Por supuesto necesitamos más recursos. Y aumentar también la colaboración entre nosotros, coordinar nuestros eventos; académicamente necesitamos encontrar una mejor forma de compartir el conocimiento y también respaldar a los artistas para que puedan producir nuevo acerbo”. Desde Estados Unidos, la especialista en el mundo árabe agregó que: “El cambio es inevitable, y va a ocurrir. Soy optimista y estoy esperanzada de que buenas cosas van a ocurrir”.

Para el decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Arte y Música de Tokio, Katsuhiko Hibino, “si no se piensa en qué momento habrá empezado lo que llamamos cultura hoy en día, es difícil pensar en una cultura futura. Lo primero fueron las pinturas rupestres en las cuevas de Altamira, los seres humanos estaban trabajando, cazando animales, poniendo en peligro su vida escapando de ataques y se escondían en las cuevas y así fue, en ese momento en el interior de las cuevas, que imaginaron y comenzaron a representar el mundo exterior. En esta pandemia toda la situación mundial es como una caverna; estar fuera se ha hecho difícil. Hay que poder darle nacimiento a una nueva cultura y para eso hay que volver a ese origen. También es necesario dar lugar al nacimiento de una nueva economía que hoy está por el piso. Hoy la cultura está movida por la economía, pero la cultura debe producir otra economía que venga de ella. Nosotros que estamos en la cultura debemos ponernos en acción. Como decimos en el proyecto TURN, hay que darle la vuelta para que nazca una nueva cultura. En la oscuridad se puede crear otra cultura. Podemos darla a luz”.

En el mismo sentido, y en el cierre del Encuentro, el director general de BIENALSUR, Aníbal Jozami, manifestó que “en momentos complicados para el mundo, el pensar, el elaborar, el plantear proyectos de arte que tengan un alto compromiso humano y social es algo totalmente necesario, por eso estamos acá; confiados en nuestro proyecto BIENALSUR y con muchas expectativas por la tercera edición que va a comenzar entre julio y agosto de 2021. Creo que de muy diversas formas, incluyendo conceptos como el de resiliencia, la parábola de Hibino sobre la caverna o la necesidad de que la sociedad revalorice la cultura y que los gobiernos tengan un esquema distinto en su trato con los sectores culturales, se nos plantea lo que queríamos lograr con estas mesas que era discutir un nuevo rol de la cultura, una forma distinta de hacer cultura después de la pandemia. Organizar el sector del arte de alguna manera, para que la informalidad que observamos, que implica una gran debilidad de los creadores, pueda ser planteada y solucionada”.

El 4° Encuentro virtual hacia BIENALSUR 2021 se inscribió en la serie de diálogos en modalidad virtual convocados por BIENALSUR bajo el lema Pensar futuros posibles, realizados entre el 9 de mayo y el 27 de junio de 2020 con la participación de autoridades de organismos internacionales, funcionarios gubernamentales, directores de instituciones artísticas, gestores culturales, curadores, artistas, periodistas e intelectuales de Argentina y el mundo para debatir y reflexionar sobre los interrogantes de la experiencia vital ante la emergencia sanitaria mundial y desde una cuarentena prácticamente global, con la certeza en el carácter necesario, e imprescindible, de trabajar para crear ámbitos de discusión y reflexión que permitan augurar un futuro mejor para el mundo del arte y la cultura. 
 
Los encuentros virtuales BIENALSUR se transmiten gratuitamente y con interpretación en lengua de señas argentina a través del sitio web. También están disponibles con traducción simultánea al inglés acá.

Podés ver las conversaciones –en español y/o en inglés– en el canal de YouTube de BIENALSUR.